8 Toda la casa de Ajab perecerá y exterminaré a todos los varones de
Ajab, libres o esclavos, en Israel.
9 Dejaré la casa de Ajab como la casa de Jeroboam, hijo de Nebat, y
como la casa de Basá, hijo de Ajías.
10 Y a Jezabel la comerán los perros en el campo de Yizreel; no
tendrá sepultura.» Y abriendo la puerta, huyó.
11 Jehú salió a donde los servidores de su señor. Le dijeron: «¿Todo
va bien? ¿A qué ha venido a ti ese loco?» Respondió: «Vosotros conocéis a
ese hombre y sus palabras.»
12 Dijeron: «No es verdad. Dínoslo.» Replicó «Esto y esto me ha
dicho: Así dice Yahveh: Te he ungido rey de Israel.»
13 Se apresuraron a tomar cada uno su manto que colocaron bajo él
encima de las gradas; tocaron el cuerno y gritaron: «Jehú es rey.»
14 Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsí, conspiró contra Joram. Estaba
Joram custodiando Ramot de Galaad, él y todo Israel, contra Jazael, rey de
Aram.
15 Pero el rey Joram tuvo que volverse a Yizreel para curarse de las
heridas que le habían infligido los arameos en su batalla contra Jazael, rey
de Aram. Jehú dijo: «Si éste es vuestro deseo, que no salga de la
ciudad
ningún fugitivo que ponga en aviso a Yizreel.»
16 Montó Jehú en el carro y se fue a Yizreel, pues Joram estaba
acostado allí, y Ocozías, rey de Judá, había bajado a visitar a Joram.
17 El vigía que estaba sobre la torre de Yizreel vio la tropa de Jehú
que llegaba y dijo: «Veo una tropa.» Dijo Joram: «Que se tome uno de a
caballo y se le envíe a su encuentro y pregunte: ¿Hay paz?»
18 Salió el jinete a su encuentro y dijo: «Así dice el rey: ¿Hay paz?»
Jehú respondió: «¿Qué te importa a ti la paz? Ponte detrás de mí.» El vigía
avisó: «El mensajero ha llegado donde ellos, pero no vuelve.»
19 Volvió segunda vez a enviar un jinete que llegó donde ellos y dijo:
«Así dice el rey: ¿Hay paz?» Respondió Jehú: «¿Qué te importa a ti la paz?
Ponte detrás de mí.»
20 El vigía avisó: «Ha llegado a ellos pero no vuelve. Su modo de
guiar es el guiar de Jehú, hijo de Nimsí, pues conduce como un loco.»
21 Dijo Joram: «Enganchad.» Engancharon su carro y salieron Joram,
rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro, y partieron al
encuentro de Jehú. Le encontraron en el campo de Nabot el de Yizreel.
22 Cuando Joram vio a Jehú, preguntó: «¿Hay paz, Jehú?» Respondió:
«¿Qué paz mientras duran las prostituciones de tu madre Jezabel y sus
muchas hechicerías?»
23 Volvió riendas Joram y huyó diciendo a Ocozías: «Traición,
Ocozías.»
24 Jehú tensó el arco en su mano y alcanzó a Joram entre los hombros;
la flecha le atravesó el corazón y se desplomó en su carro.
25 Jehú dijo a su escudero Bidcar: «Llévale y arrójale en el campo de
Nabot de Yizreel, pues recuerda que, cuando yo y tú marchábamos en carro
detrás de Ajab, su padre, Yahveh lanzó contra él esta sentencia: